Título Original: Cinder
Serie: Cinder~Scarlet~Cress~Winter
Autora: Marissa Meyer
Género: Literatura infantil y juvenil
Editorial: Montena
Páginas: 426
Precio: 16,95
SINOPSIS:
Bienvenidos a Nueva Pekín, metrópoli central de un mundo futuro donde humanos, ciborgs y androides coexisten en precaria convivencia, amenazados todos por una extraña y caprichosa plaga mortal para la que los científicos no encuentran cura.
Esa es la ciudad en la que vive Linh Cinder o, simplemente, Cinder, una ciborg que, por serlo, es odiada y despreciada por todos, y sobre todos, por Adri, su madrastra, cuyo amor y respeto jamás ha tenido a pesar de que gracias al trabajo de Cinder ella y sus dos hijas, Pearl y Peony, pueden salir adelante y aparentar más de lo que son. Aunque no todo son malas noticias: Peony es su mejor amiga. Su mejor amiga humana.
Sabe que no lo logrará, pero no deja de alimentar la esperanza, que sabe vana, de ganarse el favor de su familia y de ir, ¿por qué no?, al baile real que cada año se celebra en Palacio. Pero es el cuento de nunca acabar porque Adri, que no deja de prometerle lo mejor para cuando acabe lo que sea que tiene que hacer, siempre le tiene guardada una tarea nueva, que arregle el levitador o cualquier otro cachivache.
Porque Cinder es la mejor mecánica de Nueva Pekín, y tan grande es su fama que el mismísimo Príncipe Kaito, heredero de la Comunidad Oriental, ha acudido a su cuchitril en el mercado para confiarle el arreglo de su androide. «Contiene información confidencial y es una cuestión de seguridad nacional que la recupere… antes de que lo haga otra persona», le explica.
Vale, Cinder es una ciborg pero no es de piedra, y ese príncipe se demuestra capaz de alterar todos sus circuitos. Pero se cierne sobre ella, sobre ellos, una amenaza más grave que el enamoramiento: la de una fuerza procedente del espacio exterior que aguarda el momento adecuado para atacar la tierra.
RESEÑA:
De
un día para el otro me convertí en una androide, encargada de un
importante taller en la capital de Nueva Pekín, con una cruel
madrastra y hermanastra. Ui,
¿de que me suena eso? Pues sí, habéis acertado, acabo de
explicaros la dulce historia de Cenicienta. Que gran mentira acabo de
decir. De dulce, esta historia ya no tiene nada. Nos adentramos en un reino totalmente futurista que sobrevive a duras penas tras una Cuarta Guerra Mundial.
Cinder
es una obra sublime, donde te enamoras perdidamente de Kai, Cinder,
Iko y Peony (la dulce hermanastra) y llegas a odiar a Pearl, Adri y
Levana (la peor reina que Luna pudo tener nunca). Pero centrémonos
en los personajes principales: Cinder la mecánica inmune a la
“peste” y Kai, el príncipe.
Cinder
es maravillosa. Trabajadora y dulce; siempre anda preocupada por
Peony (quien, para desgracia de todos, contrae la peste, la temible enfermedad que azota la población) y por Iko,
una ciborg, o robot, o androide o como diablos se diga (vale, lo
admito, no entiendo de estas cosas, pero el libro me fascina).
Está
secretamente enamorada de Kai, aunque no lo reconozca, y a pesar de
ser una “chica” de gran corazón (67% metálico) odia a Adri, la
mala malísima del cuento. Su único deseo es ser libre, sin saber,
el duro destino que le espera -secretos del pasado se irán desvelando a medida que los demás libros sean leídos. Yo no os puedo decir nada más-.
Luego está Kai. Kai
es... El príncipe que asumió las responsabilidades de rey demasiado
temprano. Es guapo y tierno. Un hombre que no juzga. Pero, como todo
hombre, es un prepotente al que muchas veces deseas lanzarle algo por
la cabeza. Pocas veces lo vemos, pues vive en palacio cuidando de su
moribundo padre (otro con la peste), velando por el pueblo,
encargándose de cosas que nunca entenderé ya que no soy una
princesa, y enamorando a toda joven que se precie. Pero en el fondo,
ama a nuestra querida Cinder (¿Os creéis que realmente se llama
Linh Cinder? Me reí un buen rato al oír ese nombre tan extraño)
Un nuevo romance va siendo forjado pero nada apunta a que las cosas vayan a ir bien. Un coche reparado. Un vestido de fiesta. Un accidente terrible. Un baile inolvidable. Un final desastroso.
Nueva Pekín se ha vuelta la ciudad de moda. ¿Te atreves a desafiar a la sociedad? ¿Qué eres? ¿Humana? ¿Androide? ¿O Ciborg?
Aquí os dejo algunos fragmentos del libro,
para que lo disfrutéis tanto como yo:
-Su majestad –dijo Kai,
cerrando el puño y llevándoselo al corazón-, es para mí un gran honor daros la
bienvenida a mi país y a mi planeta.
Los labios de la reina se
curvaron. Una gran dulzura le iluminó el rostro, una inocencia equiparable a la
de un niño. Aquello lo desconcertó. La reina no hizo reverencia, ni siquiera
inclinó la cabeza, sino que se limitó a tenderle la mano.
Odio esto. La maldita reina hace acto de
presencia. Prepotente mujer… se cree que por poder dominar la mente puede
dominar a nuestro querido Kai. Ups, se me escapó :P ¿Pero habéis visto con que
seriedad se lo toma el príncipe/rey? Eso no es normal.
Se le cayó el alma al suelo.
Se arrodilló junto a la pila de
piezas inservibles que Adri le había dejado. Unas orugas de tracción gastadas e
incrustadas de piedras y desperdicios. Un ventilador viejo con una pala
torcida. Dos brazos de aluminio; uno de ellos todavía llevaba la cinta de
teriopelo de Peony atada en la muñeca.
NOOOO!! IKO!! MI IKO!!! Voy a matar a Adri.
No me puedo creer que haya sido capaz de hacer eso… ¿Pero que tenía en contra
de Iko? Si era un amor de ciborg… *sollozo* ai que mal… ahora me he deprimido,
creo que me voy a llorar a un rincón *se oye un chirriar de fondo* ¿Iko? ¡Iko!
Kai parecía no dar crédito a lo
que veían sus ojos: el brillo acerado de unos dedos, el chisporroteo de unos
cables al final de unas maltrechas piernas metálicas. Boquiabierto, por un
momento dio la impresión de estar mareado
Final fatídico… nunca me hubiera imaginado
que Cinder fuera tan torpe. ¡Vaya forma de demostrar lo que era delante de
todos los demás! El pobre Kai estaba traumatizado, pero como siempre, se segura
de que eso no le va a importar ¿o me equivoco? *suspirando* demasiado miedo,
asco e ira por parte de los “normales” que hipócritas.
RATIO: 36,28%
Era un 36,28 por ciento no
humana.
¡Alucinante! Yo, para mi desgracia, soy 100
por ciento humana (o eso creo). Mi vida aburre. Quiero tener el corazón de
metal, o la columna, o incluso el cerebro, como Cinder. Lo que no mola tanto es
tener una pierna y una mano de metal, pero bueno.
Att: Nayru ©¨§ª
Att: Nayru ©¨§ª
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